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23 octobre 2013 3 23 /10 /octobre /2013 16:26

Existe amplia evidencia de la violación al derecho internacional, señalan en informes

EU ha matado a cientos de civiles con drones, denuncian AI y HRW

Pakistán, Yemen, Somalia y Afganistán, entre los más afectados por los asesinatos selectivos

Washington argumenta que no divulga cifras de decesos por cuestiones de seguridad nacional

Foto
Letta Tayler, investigadora de Human Rights Watch, señaló que desde 2009 Estados Unidos ha perpetrado unos 80 ataques con drones en Yemen y ha matado a 473 personas, lo que hace que los yemeníes teman a EU tanto como a Al Qaeda. A la derecha, Mustafa Quadri, de Amnistía Internacional, quien denunció que el programa de asesinatos con aviones no tripulados da a la Casa Blanca una licencia para matar fuera del alcance de los tribunales. Ambos presentaron ayer en Washington amplios informes al respecto. En tanto, el premier de Pakistán, Nawaz Sharif, apremió al gobierno estadunidense a poner fin a estos ataques que violan la soberanía territorial
Foto Ap
 
David Brooks
Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 23 de octubre de 2013
 
 Nueva York, 22 de octubre.

Estados Unidos ha matado a cientos de civiles –incluidos niños y ancianas– y podría haber cometido crímenes de guerra y violado leyes de conflicto armado y derechos humanos en sus operaciones bélicas antiterroristas realizadas por aeronaves a control remoto no tripuladas (drones), según investigaciones presentadas hoy por dos de las agrupaciones de derechos humanos más prominentes.

Amnistía Internacional (AI) y, por separado Human Rights Watch (HRW), presentaron los resultados de investigaciones en dos de los frentes de la guerra contra el terror en la cual el gobierno de Barack Obama ha empleado drones para vigilar y asesinar a sospechosos de terrorismo, y han llegado a la conclusión de que existe amplia evidencia de la violación a la ley internacional en estas operaciones.

El informe de AI examinó 45 ataques de dron en la zona de Waziristán del Norte, en Pakistán, entre enero y agosto de 2012, y documenta que en varios casos murieron civiles de manera indiscriminada, incluida una abuela de 68 años que estalló frente de sus nietos mientras cosechaba verduras en su huerto, y otro donde 18 trabajadores y un niño de 14 años fueron abatidos.

Sobre el caso de los 18 trabajadores, afirmó en su informe que tiene serias preocupaciones de que el ataque violó la prohibición de la privación arbitraria de vida y podría constituir crímenes de guerra o ejecuciones extrajudiciales. AI concluyó que los oficiales responsables deberían ser enjuiciados.

“El secreto que rodea el programa de drones da al gobierno estadunidense una licencia para matar fuera del alcance de los tribunales o las normas básicas del derecho internacional. Es hora de que Estados Unidos revele la verdad y hacer que los responsables de estas violaciones rindan cuentas”, afirmó el investigador de AI, Mustafa Qadri. (El informe se puede ver completo).

HRW investigó ataques con drones en Yemen, donde indica que es posible que Estados Unidos haya violado leyes de conflicto armado y de derechos humanos. El informe se enfoca en seis incidentes en los que Estados Unidos podría haber violado leyes de conflicto armado, ya que los blancos no eran legítimos o no hizo lo suficiente para limitar bajas civiles y, en dos de los casos, hubo violaciones claras de la ley humanitaria internacional. En esos ataques, Estados Unidos mató a 82 personas y HRW afirma que por lo menos 57 eran civiles.

En uno de estos ataques, donde el objetivo supuestamente era un líder terrorista local, el dron atacó una camioneta y mató a 12 civiles. Los cuerpos, casi incinerados, cubiertos de harina y azúcar que acababan de comprar en un mercado, fueron vistos por familiares. Un granjero de 23 años contó a HRW que llegó a la camioneta y vio que tres de los cuerpos, incluido el de una mujer con una niña sobre sus piernas y un hombre, eran su padre, madre y hermana de 10 años de edad.

Condenan la ausencia de transparencia en el programa

En otro ataque con drones en 2009 sobre un campamento beduino, murieron 14 presuntos terroristas, pero también 41 civiles, dos tercios de ellos mujeres y niños. En uno más murió un líder religioso local que denunciaba a Al Qaeda en sus sermones, y su primo, un oficial de policía.

HRW señaló que desde 2009, se calcula que Estados Unidos ha realizado 80 ataques con drones en Yemen, y ha matado a por lo menos 473 personas. Cientos de ataques más se han realizado en Pakistán y Somalia.

Estados Unidos dice que toma todas las precauciones posibles durante sus matanzas seleccionadas, pero ilegalmente ha matado a civiles y ha atacado objetivos militares cuestionables en Yemen. Los yemeníes nos informaron que estos ataques hacen que teman a Estados Unidos tanto como a Al Qaeda en la península árabe, afirmó Letta Taylor, investigadora de HRW. Ver el informe.

El informe de AI condenó “la casi completa ausencia de transparencia alrededor del programa de drones de Estados Unidos”.

Hoy la Casa Blanca reaccionó ante los dos nuevos informes y enfatizó el compromiso de Obama con la transparencia. El vocero Jay Carney dijo que las operaciones antiterroristas de Estados Unidos son precisas, legales y efectivas. Indicó que estamos en fuerte desacuerdo con las afirmaciones en estos informes de que Estados Unidos actúa contrario al derecho internacional. Además, dijo que hay una amplia brecha entre los cálculos de las bajas de estas organizaciones y las del gobierno –pero una vez más, no ofreció detalles– y subrayó que toda acción que se aprueba incluye una absoluta necesidad de limitar las bajas civiles, sino evitarlas por completo.

El Departamento de Estado reiteró hoy estos mismos argumentos, e insistió en que no podía divulgar los cálculos oficiales de las bajas civiles en los ataques con dron por razones de seguridad nacional, o sea, porque es secreto.

Sin embargo, hace unos días el relator especial sobre derechos humanos y antiterrorismo de la Organización de Naciones Unidas, Ben Emmerson, solicitó que el gobierno de Estados Unidos revelara el número de civiles que calcula han muerto por ataques con drones. Dijo que información preliminar para la preparación de un nuevo informe de su oficina calcula que unos 450 civiles han muerto en estos ataques en Pakistán, Afganistán y Yemen.

“El obstáculo más grande para una evaluación del impacto de los ataques con drones en la población civil es la falta de transparencia” que crea un vacío de rendimiento de cuentas y afecta la habilidad de las víctimas para buscar justicia, afirma el informe.-

 

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22 octobre 2013 2 22 /10 /octobre /2013 17:21
22 oct 2013
Vicenç Navarro

Vicenç Navarro ha sido Catedrático de Economía Aplicada en la Universidad de Barcelona. Actualmente es Catedrático de Ciencias Políticas y Sociales, Universidad Pompeu Fabra (Barcelona, España).

Es también profesor de Políticas Públicas en The Johns Hopkins University (Baltimore, EEUU) donde ha impartido docencia durante 35 años. Dirige el Programa en Políticas Públicas y Sociales patrocinado conjuntamente por la Universidad Pompeu Fabra y The Johns Hopkins University. Dirige también el Observatorio Social de España.

Es uno de los investigadores españoles más citados en la literatura científica internacional en ciencias sociales

http://www.vnavarro.org/

 

El escritor y Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, ha escrito un artículo en El País (El derecho a decidir. 22.09.13) en el que critica el movimiento popular que existe en Catalunya a favor del derecho a decidir, indicando que las raíces de dicho movimiento están basadas en el nacionalismo catalán que, “como todo nacionalismo, está basado en un racismo y xenofobia”. Indica así el escritor Vargas Llosa que este movimiento es un movimiento que “como todos los nacionalismos, puede llevar al país al subdesarrollo y al oscurantismo…., como puede ocurrir aquí en España si se permite el florecimiento de este nacionalismo catalán”. De ahí que concluya que “hay que combatirlo sin complejos”.

Puesto que esta visión de lo que se llama el nacionalismo catalán está bastante extendida en los círculos conservadores y liberales del establishment español basados en Madrid, que continuamente se refieren a las sensibilidades políticas en España que exigen que se reconozca su identidad nacional (en Catalunya, en el País Vasco y en Galicia) como los “nacionalistas”, se requiere una aclaración y respuesta. En primer lugar, la manera de dividir y catalogar los partidos o sensibilidades políticas existentes en España entre partidos españoles versus partidos nacionalistas es ya en sí profundamente nacionalista, pues impone el criterio del nacionalismo españolista a todos los demás. Implica una visión de España (característica de este nacionalismo), que niega la posibilidad de otra visión de España en la que quepan varias naciones dentro del Estado español. Esta visión excluyente se impuso por la fuerza por los grupos golpistas de 1936 que se autodefinieron como “los nacionales”, es decir, los que defendían la nación española frente a “los separatistas”, ignorando que la mayoría de sus oponentes no pedían la secesión, sino que tenían otra visión de España, considerándola como un país con distintos pueblos y naciones que querían vivir en fraternidad.

Esta última visión no se aceptó y venció —con la ayuda de Hitler y Mussolini— la visión excluyente que ha dominado la historia de España. Y es este nacionalismo el que es más dominante y oprimente en España (ver mi artículo El nacionalismo españolista publicado en Público 22.07.13, y en El Plural 05.08.13), heredero del imperialismo castellano (de ahí que el idioma español oficial sea el castellano, y que en América Latina sea también el castellano), que tuvo y continúa teniendo una base explícitamente racista. Durante muchos años, el Día Nacional, es decir, el día de la Hispanidad (12 de octubre) se llamaba el Día de la Raza, en el cual se celebraba el exterminio de la población nativa e indígena del continente Latinoamericano, nacionalismo que el Sr. Vargas Llosa nunca ha criticado y, en cambio, ha promovido. Mario Vargas Llosa, escritor y político peruano, ha ido perpetuando “la acción civilizadora” de la Madre Patria, Madre para los españoles que, incluso después de independizarse de ella, contribuyeron a aquel genocidio. La insensibilidad del escritor hacia la causa indígena y su necesaria liberación es bien conocida en Perú y en Latinoamérica. Y la reproducción de tal nacionalismo, claramente racista, ha sido su función.

En España, esta cultura de conquista se considera un elemento de orgullo e identidad nacional, habiéndose definido, como indiqué anteriormente, a las fuerzas golpistas del 1936 (que se sublevaron frente a un gobierno democráticamente constituido) como las fuerzas nacionales, que impusieron con toda brutalidad su nacionalismo españolista. Y la Constitución Española, fruto de un enorme dominio de las fuerzas herederas del franquismo en el proceso inmodélico de la transición de una dictadura a una democracia, sacralizó este nacionalismo españolista en su artículo que habla de la “indisolubilidad de la Nación española, patria indivisible de todos los españoles”, asignando nada menos que al Ejército, heredero del Ejército victorioso del golpe militar del 1936 como guardián de tal unidad. Cada año, el Día Nacional va acompañado de un desfile militar, presidido por el garante de la unidad sagrada de la Patria, el Monarca, que lleva el uniforme militar.

Frente a este nacionalismo dominante existen los nacionalismos dominados que requieren una movilización, en el caso catalán, en su identidad cultural, idiomática e histórica, y que no tiene nada que ver con la raza o el grupo étnico, pues su composición —la de Catalunya— es variada, al ser en sí un país de inmigrantes que, de no haber el deseo de permanencia, puede diluir su identidad fácilmente. De ahí la necesidad de que en Catalunya, cuyo idioma original es el catalán, este tenga que ser el vehicular, sin desmerecer la importancia y valor del castellano, que enriquece también a Catalunya. Vargas Llosa, un hombre de derechas, de sensibilidad económica ultraliberal, con un nacionalismo españolista arraigado (del cual es probable que ni se dé cuenta), considera el catalán como un idioma provincial, de segunda categoría, frente al castellano. Y en ello no ve nada malo. El nacionalismo oprimente es como el racismo. El que lo reproduce ni se da cuenta de ello.

Pero el caso ya más acentuado del nacionalismo españolista es el del expresidente Aznar. Con toda seriedad y con toda contundencia, acaba de afirmar (lo que ha dicho miles de veces) que “los nacionalismos” están destruyendo a España, sin pasarle por la cabeza que es su nacionalismo españolista el que está destruyendo España. Tal señor no ve nada oprimente en su sueño, expresado en más de una ocasión cuando era Presidente del país, de que el sistema de transporte español, por ejemplo, debía ser radial, centrado en Madrid, de manera que ninguna capital de provincia estuviera más lejos de la capital del Reino que cuatro horas. Este señor no tiene ni la capacidad de entender que este Estado español es percibido como oprimente por millones de españoles, precisamente por su concepción de España. Este personaje es una fábrica de independentistas en Catalunya, pues la identificación de Aznar con el Estado español hace a este Estado muy poco atrayente para la mayoría de la población de Catalunya. Es comprensible que un número cada vez mayor de catalanes considere que este Estado, resultado de una transición inmodélica, dominado por los herederos de la dictadura, no es su Estado.

Y por lo que veo en mis visitas a lo largo de España, un número creciente de españoles en el resto de España está llegando también a una misma conclusión: este Estado tampoco les representa y no es tampoco su Estado. Están ya surgiendo varios movimientos a lo largo del territorio español frente a este Estado español, controlado por los herederos de la dictadura que “no nos representa”. Una nueva cooperación se está estableciendo que pueda ser las bases para una nueva Catalunya y una nueva España.

En realidad, nunca en la historia española sus distintos pueblos y naciones se sintieron tan hermanados como en el periodo de lucha contra el fascismo y cuando lucharon por otra España, con otra visión de lo que debería ser este país. Fue entonces cuando el presidente más popular que Catalunya haya tenido, el President Companys, gritó “Madrid, Catalunya os ama”, que fue aclamado en la Pl. Sant Jaume, la misma plaza que ahora oye el grito pro independencia, exclamado por españoles y catalanes que viven y trabajan en Catalunya, que están ya hartos, no de España y de sus pueblos y naciones, sino del Estado español que nos oprime a todos, a ambos lados del Ebro.

El “no nos representan” resuena hoy en todos los rincones de España. Pero el establishment español basado en Madrid todavía no lo entiende, pues continúa defendiendo sus privilegios, interpretando erróneamente lo que ocurre en Catalunya, como una mera manipulación de la realidad por la derecha catalana cuando ésta está siendo desbordada por un movimiento político social genuinamente popular. Y los Vargas Llosa y los Aznar de España están contribuyendo a ello, con sus declaraciones que cuentan, como siempre, con amplias cajas de resonancia. El Triangle, una de las revistas con mayor agudeza política en Catalunya, les definía como “los padres de la patria catalana”. Por ese camino, los días de esta España suya están contados. No se dan cuenta de que por mucho Ejército que tengan, y por mucha Constitución que utilicen, si la mayoría de la población en Catalunya desea decidir sobre su futuro, ello ocurrirá, creándose una enorme tensión que podría haberse evitado, con mentalidades más cívicas y más democráticas que las que representan estos dos personajes. La esperanza es que esta nueva Catalunya surja a la vez que otra España que, enraizada en la tradición republicana pueda favorecer la fraternidad y solidaridad entre ellas.-

 

 

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22 octobre 2013 2 22 /10 /octobre /2013 16:39
22-10-2013
La sociedad del control soberano y las manifestaciones callejeras en Brasil



      Luís Eustáquio Soares     
Observatorio de Impensa

Texto traducido al español con la inestimable colaboración de Luis Carlos Muñoz Sarmiento a partir de una versión publicada en portugués en el semanario 'Observatorio de Impensa'

El escenario de la lucha por el poder es, también y, quizás sobre todo, el campo semántico de la producción de sentido. Los sentidos dominantes en una sociedad son, precisamente, los de aquellos que detentan el poder. ¿Y qué es el sentido? El sentido no es más que lo que nos da sentido, lo que entendemos como importante en todas las dimensiones de la vida: el significado del amor, de la religión, del trabajo, de la política, del arte, de la amistad, de la vida social, de todo lo que nos hace y nos deshace, al hacernos.

No existe, sin embargo, nada de más impalpable que el sentido. No lo vemos. No es concreto y se desvanece en el aire apenas al leerlo, oírlo, pensarlo, soñarlo, producirlo, por no hablar de que nunca es coherente y puro, razón por la cual no hay el sentido, pero aglomerados de sentidos, a la vez económicos, políticos, subjetivos, ideológicos, siempre impuros, contradictorios, errantes.

Este aspecto resbaladizo, difuso e inmaterial de los sentidos nos propicia las siguientes preguntas: ¿dónde está el sentido de algo? ¿Se oculta o, por el contrario, está en la superficie, a la vista? De dónde obtener el significado de un texto literario, de una manifestación callejera, de una película? En las Investigaciones filosóficas (1953), el filósofo Wittgenstein (1889-1951) así se posiciona en estos temas de sentido: "El significado de algo es el estado civil de las contradicciones y su estado en el mundo civil, siendo este es el problema filosófico"; el problema del significado, valga decir.

Desde el punto de vista de Wittgenstein, si quisiéramos comprender realmente el sentido de algo no hay otro lugar para buscarlo que en las contradicciones de nuestro propio presente histórico. La sociedad está organizada y desorganizada en las relaciones de poder, que son las relaciones de producción, las relaciones de fuerza, las cuales establecen los sentidos dominantes, los sentidos dominados y también aquellos que están aptos para romper, en el proceso, con la estructura semántica de un determinado momento histórico, poniendo así en peligro los sentidos hegemónicos.

El modelo semántico de producción de una determinada sociedad es, pues, el eje de su producción sin fin de significados dominantes, los cuales nos dominan. La humanidad, en el curso de su historia, ha producido tres modelos principales de sociedad, comprendidas como fábricas de sentidos. Son ellos: la sociedad de la soberanía, la sociedad disciplinaria y la sociedad de control. Cada modelo ha producido y produce sentidos hegemónicos, los de las clases dominantes; y sentidos alternativos, los de las clases dominadas.

Veamos caso por caso.

La marca principal de la sociedad de la soberanía es la polarización entre el soberano y sus súbditos, polarización que se produce también en el campo de la trascendencia y de la inmanencia, de la vida y de la muerte, del modelo de la producción económica en el ámbito de la ley, en todos los dimensiones sociales al fin y al cabo. La sociedad de la soberanía produce sentidos polarizados y, a través de ellos, moldea, por consiguiente, una población polarizada.

En la práctica, todavía, el eje principal de una sociedad de tipo soberano es entre la muerte y la vida. El soberano es aquel que tiene el derecho de imponer la muerte sobre sus súbditos. La muerte es la soberana fundamental de la sociedad de la soberanía, no siendo casual que Michel Foucault, en Vigilar y castigar (1976), nos la haya presentado, la muerte y la sociedad de tipo soberana, a partir de la descripción del ritual de tortura aplicado al condenado Damiens —quien, en 1757, fue torturado hasta la muerte por haber supuestamente asesinado a su padre.

Así es la descripción de Foucault:

"(... ) En el patíbulo que allí será alzado, pezones atenazados, brazos, muslos y pantorrillas, su mano derecha sostenía el cuchillo con el que cometió el dicho parricidio, quemada con fuego de azufre y, a las partes en que será atenazado, se aplicarán plomo derretido, aceite hirviendo, alquitrán en llamas, cera y azufre fundidos juntos y luego su cuerpo será desmembrado y tirado por cuatro caballos y sus miembros y el cuerpo consumido por el fuego, reducidos a cenizas y sus cenizas arrojadas al viento" (Foucault, 2009, p. 9).

Cuando el sujeto encarna la trascendencia

La soberana semántica ritualizada, la crueldad, la muerte del sujeto, de tal manera que cuanto más éste sufre más afirma el soberano su poder. La muerte del condenado, expuesta en público es, en contraparte, la propia idea de inmortalidad del soberano, que se hace inmortal bajo pretexto de secuestrar el producto económico común, incluso la economía de la muerte común. Todo, incluyendo la economía, la sociedad, la soberanía, es, literalmente, arrancado de la vida, crea la muerte y funciona a la vez como causa y efecto de la muerte. Todo se sacrifica y se presenta como una ofrenda a los dioses. Todo es finalmente el cordero de Dios.

La vida desnuda, para usar una expresión de Agamben, está expuesta en su muerte hasta el límite a partir del cual, siendo consumida por la tortura, se hace invisible. Por ello, la polaridad entre la visibilidad y la invisibilidad es extremadamente importante para el mantenimiento de la sociedad de la soberanía. El proceso, simultáneo, de visibilidad y de invisibilidad, en el sacrificio, deviene la garantía de la invisibilidad del poder soberano trascendente, de igual forma, aunque en el otro extremo, tanto más poderoso cuanto más se hace presente en la exposición pública de la muerte de la vida desnuda, como su invisible y visible poder de muerte. Así, cuanto más visible sea el ritual de muerte de la vida desnuda, cuanto más sufre visiblemente, más, por otro lado, el poder del soberano se hace más omnipresente a partir de su invisibilidad, en la suposición de que es inmortal.

Todas la sociedades de tipo soberano funcionan como fábricas de producción de sentidos polarizados, a partir del juego entre visibilidad expuesta de la muerte de la vida desnuda y la invisibilidad trascendente del poder soberano, que hace uso de su invisibilidad y a la vez deviene el Señor de los Secretos, el hechicero de la trascendencia, en un contexto en el cual la vida desnuda, disecada públicamente, sirve, en la verdad, para alzar el soberano a la condición de intocable, de indeseable.

La síntesis de las polaridades de la sociedad de la soberanía, a su vez, es la siguiente: el soberano es la trascendencia, Dios; y la vida desnuda es la inmanencia, objeto de sacrificio.

Por otro lado, desde el punto de vista de la vida desnuda, tal síntesis se alcanza cuando la polarización del sistema semántico de la sociedad de la soberanía produce el cortocircuito de la y en la polaridad trascendencia e inmanencia, momento en el cual la vida desnuda, a través de la figura del mesiánico, se hace, sin contradicción, al mismo tiempo trascendente e inmanente, invisible y visible, inmortal y mortal, divina y humana, soberana y desnuda.

Cristo es un ejemplo brillante del cortocircuito de la semántica de la sociedad de la soberanía. Cuando hijo, él encarnó la polaridad padre/hijo, que hace eco en la polaridad soberano/vida desnuda, invisibilidad/visibilidad, la trascendencia/la inmanencia. La amplia tradición mesiánica de la historia de la humanidad, principalmente en la periferia del sistema-mundo, no es más que el regreso del cortocircuito sin fin entre el soberano y la vida desnuda, la trascendencia y la inmanencia, Dios y el hombre.

La sociedad disciplinaria

La sociedad disciplinaria tiene su razón de ser en la II Revolución Industrial y está enmarcada por la división social del trabajo y la división social del saber. Ella se constituye a través de instituciones ancladas en la lógica del confinamiento, como lo es, aún hoy, la familia, el hospicio, la prisión, la escuela, la fábrica, en un contexto en el que cada institución confinante y confinada produce disciplinas corporales, que son por igual disciplinas de género, étnicas, económicas, de clase social, epistemológicas.

La sociedad disciplinaria tiene un doble reto: disciplina individual y colectiva. Es también, según Foucault en La historia de la sexualidad: voluntad de saber,   la sociedad del biopoder a la vez individual, anatómico-político; y colectivo, de la biopolítica de la población. Su lado anatómico-político captura al individuo aislado a través de instituciones igualmente aisladas, esbozando, así, su identidad. A su vez, el lado de la biopolítica de la población se consigue por medio de la multiplicidad de las instituciones disciplinarias. Así, si la vida desnuda no es domesticada por la familia, puede ser por la iglesia o por el saber o por el dinero, por el matrimonio, por el trabajo en la fábrica, incluso por la ideología política, hasta el límite en el cual, resistiendo a ser capturada, puede ser encarcelada o encerrada en el hospicio, razón por la cual las dos instituciones más evidentes de la sociedad disciplinaria son: la cárcel y el hospicio.

La multiplicidad institucional de la sociedad disciplinaria tiene como reto el plus-valor de la disciplina, incluso de los burgueses, a fin de que todos, en conjunto, hagan funcionar el sistema de producción disciplinaria de la II Revolución Industrial.

La síntesis fundamental, a su vez, de la sociedad disciplinaria es la siguiente: hombre-hombre, por ser el primero modelo (el de la civilización burguesa) que se asume, aunque de forma hipócrita, como laico, secular.

La sociedad del control

Esta emerge después de la II Guerra Mundial y está enmarcada por el metamórfico uso de artefactos técnicos y científicos en el corazón de su cotidiano individual y colectivo, entendiendo por "artefactos técnicos-científicos metamórficos" la función polimórfica que realizan, en el contemporáneo. A modo de ejemplo, nos centramos en la televisión. La televisión es un artefacto técnico-científico que sirve, en el interior de la sociedad de control, para entretener, informar, domesticar, masificar y expandir incesantemente las necesidades individuales y colectivas, dirigiéndonos, a través de la publicidad, a desear más y más las mercancías del mundo burgués, imponiendo así la naturalización cotidiana, anclada en el deseo, en la mercantilización general de la vida desnuda, incluso también del burgués.

En la sociedad de control, la televisión sigue cumpliendo un papel importante en la mediación de tipo axial in/out , trazo de los nuevos artefactos tecnológicos metamórficos que las corporaciones, como Microsoft, producen sin cesar, por nombrar sólo la de mayor ubiquidad. La relación in/out se vuelve cada vez más la base de los contactos post-humanos entre humanos y máquinas, de tal manera que ya no sabemos dónde empieza el hombre y dónde este deviene máquina, lo que hace emerger lo que Deleuze y Guattari llamarían de sumisión maquínica , en su doble versión: la molecular-individual , con celulares y computadores cada vez más metamórficos, tornándose medios de medios; y la versión cosmológica , la que captura la dimensión molecular de la sumisión maquínica, sea a través de los satélites que orbitan en el planeta, sea a través de aviones no tripulados, haciendo surgir, en tiempo real, un sistema integral y planetario de conexiones ininterrumpidas, feed/back , de todo con todo.

La anacronía hace la ley aquí

Decir que la relación in/out ha devenido en el fundamento de la sociedad de control es lo mismo que decir que su síntesis ya no se basa en el hombre-dios, como una sociedad de soberanía, ni en el hombre/hombre, como la sociedad disciplinaria, sino en la relación entre el hombre y la máquina: un hombre-máquina o, sobre todo, el hombre y los artefactos tecnológicos, los hombres y la tecno-ciencia, de modo que el feed/back no se hace más entre el interior subjetivo humano y el mundo exterior, comprendido como objeto de nuestro saber.

Con el apoyo teórico proporcionado principalmente por Félix Guattari y Gilles Deleuze y Michel Foucault, las tres novelas de Franz Kafka se constituyen, aquí, como ejemplos paradigmático de los tres tipos de sociedad y al mismo tiempo como tres tipos de estado de excepción: la novela El castillo (1922), puede ser leída como la ficción de la sociedad de la soberanía; la novela El proceso (1914), a su vez, es la ficción de la sociedad disciplinaria; y, en fin, la novela América (1910), por hipótesis, podría ser analizada como la ficción de la sociedad de control, su antelación irónica.

Todo en la novela El castillo huele a la sociedad de la soberanía. El simple hecho de que la narración ocurra en la sombra de un castillo, sin que ni el soberano ni el mismo castillo se hagan realmente visibles, reales, indicia la relación principal de la sociedad de la soberanía, el visible pueblo y el invisible soberano. Ya la novela El proceso, como la no menos irónica ficción da la sociedad disciplinaria, se estructura no por azar en bloques institucionales. Kafka la escribe jugando con los delirios disciplinares, mezclándolos a través del recurso de los encajamientos: la institución familiar es a la vez forma y contenido para la jurídica, que es igualmente forma y contenido para la creencia en la autonomía de la obra de arte, como si todo fuera sexo dentro de sexo, caja dentro de caja, prisión dentro de prisión: la sociedad del hospicio de la sexualidad hecha y deshecha para que la fábrica pueda funcionar a todo vapor.

América , a su vez, es una visionaria ficción de la sociedad de control no sólo porque los espacios narrativos ocurren en Estados Unidos, sino también porque, sobre todo en razón del último capítulo, en ella es el deseo humano mismo que se convierte en motivo de la ficción, en un ambiente que no se basa más en el encerramiento institucional, ni en la invisibilidad omnipresente del soberano, sino en las aberturas cósmicas que anticiparán la omnipresencia (no menos soberana) del panóptico cosmológico de la actualidad.

La novela del escritor brasileño João Guimarães Rosa (1908-1967), Grande Sertão: veredas , juega, a su vez, con los bastidores de la sociedad de la soberanía, teniendo en cuenta la emergencia de la sociedad de control. Publicada en 1956, ya dentro de la sociedad de control , Grande Sertão: veredas es una novela de la sociedad de la soberanía en la periferia del sistema-mundo, lo que hace emerger las siguientes preguntas: ¿por qué una ficción de la sociedad de la soberanía sería producida en los albores de la sociedad del control? ¿Será Grande Sertão: veredas una novela anacrónica?

La respuesta a estas preguntas es todavía simple: la anacronía de Grande Sertão: veredas es en realidad la evidencia de que, en la larga historia de la tradición del oprimido, la anacronía nunca acaba. Ello ocurre porque la sociedad de la soberanía nunca fue un pasado remoto. Estuvo presente en la sociedad disciplinaria y está igualmente presente en la sociedad de control.

La soberanía, la disciplina, el control

Si Grande Sertão: veredas puede ser analizado como la ficción del anacronismo de la sociedad de la soberanía es porque constituye una novela que hace eco, de algún modo, a la frase inicial de la novela de Kafka, El proceso: "Alguien había difamado a Joseph K. (2003, p. 7)”, pues todas las acusaciones en contra de cualquier vida desnuda es también una acusación que se basa en el prejuicio de que la vida desnuda es fundamentalmente anacrónica, terrorista, razón por la cual sea posible afirmar que la vida desnuda se puede definir como aquella que lleva consigo el estigma de todos los estados de excepción, ser anacrónica, ultrapasada, fuera de época, argumento que lleva al siguiente fragmento del libro Los espectros de Marx ( 1994 ), de Jacques Derrida:

"[...] Algún otro espectro nos mira, nos sentimos mirados por él fuera de toda sincronía, incluso antes mismo y más allá de cualquier mirada de nuestra parte, de acuerdo con la técnica anterior (que puede ser del orden de generación, más de una generación) y absoluta asimetría, de acuerdo con una desproporción absolutamente incontrolable. La anacronía hace la ley aquí (Derrida, 1994, p. 22)”.

Grande Sertão: veredas es una novela de la precedencia y de la asimetría de la vida desnuda. Esta también puede ser analizada como la periferia del sistema-mundo. En este sentido, con Derrida, se puede decir que su ley es la anacronía: la ley a la vez sobre la vida desnuda y la ley de la vida desnuda, pues, si todos los estados de excepción inscriben la historia trágica de sus poderes en el cuerpo de la nuda vida, esta también trae en sí la potencia de desnudarse de las marcas anacrónicas de la larga historia de la tradición de los oprimidos.

Más que una novela de la sociedad de la soberanía, Grande Sertão: veredas (porque la anacronía hace la ley en todo lugar), es la ficción de la sociedad del control integrado, una especie de inconsciente anacrónico, el espectro de la omnipresencia de la vida desnuda en los tiempos y en los espacios, teniendo en mente la no menos anacrónica tradición de los oprimidos.

La sociedad del control integrado es la actual pues un modelo de sociedad no termina con el inicio de otro. La sociedad disciplinaria era también soberana y la de control es al mismo tiempo soberana, disciplinaria y de control. Todo al mismo tiempo ahora, sin contradicción alguna, de acuerdo con la forma de Marx para definir el capital, DMD, a través del cual todas las combinaciones, las más absurdas, son posibles.

En la larga historia de la tradición de los oprimidos no se elimina nada. Todo es amalgamado. La única ventaja del actual modelo de sociedad en relación con los precedentes, lo que no es poco, está implicada con el protagonismo de su tecnología de dominación, de su infra-estructura económica, motivo por el cual lo actual gestiona, al menos tecnológicamente, lo anterior. Por ello, dentro de la sociedad disciplinaria, enmarcada por tecnologías de poder de confinamiento institucional, el poder soberano también se hacía presente en el corazón mismo de la disciplina, así como en la actualidad las tecnologías de control asumen la gestión tanto de las formas disciplinares como las soberanas de poder, imponiéndolas en grados diferentes por el mundo exterior.

El control despótico de la máquina

La idea de la sociedad de control integrado incorpora también tres modelos de estado de excepción, razón por la cual es posible concluir que hay tres modelos de excepción: la excepción de la sociedad de la soberanía, la excepción de la sociedad disciplinaria, la excepción de la sociedad de control.

La idea básica de este artículo es la siguiente: estamos en una sociedad del control integrado, motivo por el cual todo lo que vemos tiene elementos de polaridad de la sociedad de la soberanía, así como trazos de confinamientos de la sociedad disciplinaria, bajo el dominio de la tecnología de poder de la sociedad de control, con sus artefactos in/out a partir de los cuales el hombre deviene la propia vida desnuda en relación con la soberanía de la máquina, no siendo circunstancial, bajo ese punto de vista, la reverencia que hacemos a los artefactos tecnológicos omnipresentes en la vida cotidiana, los cuales tienen los corporativos nombres de Ipod, Smartphone, Ipad.

El escenario, a su vez, de la sociedad de control integrado más aterrador es lo que ya estamos viviendo: la boda "feliz" entre la sociedad de control y la sociedad de la soberanía, con la disciplina cumpliendo un papel secundario. En todas las partes del mundo es posible presenciar valores típicos del Antiguo Testamento en ambientes futuristas típicos de la sociedad de control.

Esta situación es tanto más evidente cuanto más la relación in/out esté determinada por la máquina, el soberano, en un contexto en el que el hombre, cuanto más se piensa como si lo soberano fuera, más lo es a través de la sumisión a la máquina. La industria cultural, en especial la anglosajona, es la línea de frente de la producción mundial de la sociedad del control soberano.

Nada demuestra este modelo social despótico, el futurismo de la bestia, que los aviones no tripulados, los drones, que incorporan las más avanzadas tecnologías del panóptico molecular y cosmológico, para imponer el infierno en comunidades humanas atacadas por bombas que sugieren una relación directa con la invisibilidad trascendental del poder soberano pues caen del cielo sin que podamos divisar sus agentes, como si el mismo Dios del Antiguo Testamento estuviera actuando sin descanso contra los pecadores cuyo pecado original adviene de lo hecho anacrónico en sus vidas desnudas, restos de restos, se encontraren, como habitantes, en territorios llenos de recursos minerales que alimentan y se inscriben en los artefactos tecnológicos típicos de la sociedad de control, como lo es el propio dron.

Por constituirse en un modelo al mismo tiempo en gestación y en realización, la sociedad del control soberano (la que transforma los artefactos tecnológicos en soberanos y la humanidad en súbdita) tiene mucho, especialmente la infancia y la adolescencia, como reto, razón por la cual produce sin cesar narrativas literarias y fílmicas para esa audiencia. El objetivo es uno sólo: sedimentar, para el presente y para el futuro, la producción de un perfil humano adaptado al poder soberano de las máquinas de control, lo que ya ocurre en todas partes del mundo.

Shrek (2001), una película dirigida por Andrew Adamson y Vicky Jenson, es quizás el mejor ejemplo de un control soberano en el ámbito de la narrativa fílmica, pues toda su trama asume tecnológicamente un escenario típico de una sociedad de la soberanía, con fábulas, reyes, príncipes y súbditos. Lo que está en juego en los filmes y obras literarias de mayor suceso de público en la actualidad es el trabajo incansable de adaptación de la humanidad al control de la soberanía de las corporaciones anglosajonas, invisibles dioses omnipresentes que colonizan el futuro a partir del más remoto pasado.

A la humanidad de los creyentes

Las manifestaciones populares que salieron a las calles de las principales ciudades brasileñas en junio de 2013 esencialmente deben ser analizadas en el contexto de una sociedad de control integrado y especialmente en vista de lo que está en juego en lo contemporáneo: la producción de una sociedad del control soberano.

El caso actual de Egipto no es la excepción, sin embargo, es la regla general. La brutalidad de las fuerzas armadas egipcias, los protagonistas de un golpe de Estado planificado, no fue ni es una realidad limitada al Oriente Medio ni, mucho menos, específicamente al plano egipcio, sino un esbozo para toda la humanidad, vulnerable como nunca al riesgo de una dictadura global anclada en las tecnologías de control.

Como este artículo no tiene por objeto fomentar nihilismos ni temores, es evidente que el autor no está en contra de las manifestaciones callejeras. Estas, a su vez, no pueden bajo pretexto alguno ignorar este hecho: la sociedad de control integrado, usando todas las tecnologías de poder, la soberana, la disciplinaria y la de control, es especialista en producir falsas revoluciones a partir del mismo legítimo deseo de transformación social. Bajo ese punto de vista, las preguntas que deben ser hechas son: ¿no hay intereses del imperialismo de control soberano estadunidense en derrumbar al gobierno del PT? Está el gobierno del PT totalmente súbdito del de Estados Unidos? ¿Tío Sam perdona un gobierno que tiene trabajo para profundizar el poder de los Brics? ¿Quiere, el imperialismo estadounidense, un país gobernado por un partido que no tiene satanizados a Venezuela, a Irán, a Siria?

Brasil es un país curioso. Nada ni nadie nos acuerda que estamos en un mundo enmarcado por la sociedad de control integrado, que es planetaria. Nada ni nadie nos habla de que el imperialismo existe y que fue lo responsable por más de veinte años de una brutal dictadura militar. Vivimos como si todo lo que nos ocurre pudiera ser resuelto internamente.

Después de las manifestaciones de junio, todavía, noté que no sólo los analistas brasileños ignoran los intereses imperialistas en un país como Brasil, sino también algunos de los más destacados analistas internacionales, como James Petras y Michel Chossudovsk, autores que escribieran artículos analizando las manifestaciones brasileñas a partir de un punto de vista anclado en el argumento de la corrupción, sin que hubieran hecho cualquier comentario que considerase, por ejemplo, posibles intereses estadounidenses en derrumbar el gobierno del PT: sea porque sería más fácil a partir de ahí derrotar la revolución bolivariana, sea porque hay mucho petróleo en Brasil y los gringos desean un gobierno totalmente sumiso, cosa que, aunque el PT esté lejos de ser un gobierno insumiso, ha hecho cierto esfuerzo a favor de la multipolaridad que ciertamente es razón suficiente para decir que, por ello, en las manifestaciones de junio, los Estados Unidos estaban en las calles brasileñas, no siendo circunstancial que los medios corporativos las hayan apoyado desde su inicio.

Volvamos, por cierto, al caso de Egipto. Las revueltas populares conocidas como Primavera Árabe derrocaron a un dictador, Mubarak, y finalmente consiguieron celebrar elecciones "libres". La población votó mayoritariamente por la Hermandad Musulmana, soberana institución religiosa, que vive aún hoy de la síntesis de la sociedad soberana: la que se fundamenta en la relación entre Dios y creyente, lo invisible y lo visible, la trascendencia y la inmanencia.

Al parecer, no habría ninguna razón para un golpe de Estado en Egipto. Las oligarquías de la sociedad del control soberano, la anglosajona, la sionista, la de las dictaduras del petrodólar, lograran con éxito poner en el poder en Egipto un títere apto para su proyecto no sólo para el Medio Oriente sino también para la humanidad toda: la imposición de la sociedad del control soberano en su versión más deplorable, el fundamentalismo religioso. ¿Por qué, entonces, el golpe de Estado? Por una sutil cuestión geopolítica: el presidente electo, Mursi, no estaba cien por ciento sumiso a las oligarquías anglosajonas ni sionistas. El diálogo que Mursi ensayó con Hamas, con Irán, con el gobierno de Siria fue más que suficiente para planear un golpe de estado contra él, en nombre de la revolución y, por lo tanto, con el pueblo en las calles.

Para la oligarquía planetaria comprometida con el proyecto de imponer una sociedad del control soberano, Mursi tenía que ser derrocado. En Egipto, hay que decirlo, las izquierdas cayeron en la trampa porque fueron tomadas por una agenda local, muy legítima, pero limitada a la dimensión nacional, incapaz de elegir los interlocutores reales: el poder de los bancos y la sumisión de la humanidad a los artefactos de la sociedad del control soberano, en un contexto más complicado debido a que los disturbios se combinan con precisión quirúrgica al uso de las redes sociales, tecnología de control totalmente dominada por los Estados Unidos.

Tenemos todas las razones para rebelarnos ante el mundo, pero ninguna es más urgente y necesaria que la revuelta contra el control soberano de la sociedad, llevada a cabo por una oligarquía que utiliza tecnologías de invisible control soberano para someter a toda la humanidad, con el reto de convertirnos en expertos para estimular revueltas románticas motivadas por agendas nacionales, sin ninguna relación, en general, con un punto de vista que sea capaz no de trascender lo local, lo nacional, abandonándolo, sino que lo haga a partir de un punto de vista que considere el panóptico cosmológico del poder de la sociedad del control soberano, que trabaja teniendo en cuenta la Tierra y sus regiones como un todo.

En este escenario, nuestros principales interlocutores no son los rostros de nuestros gobernantes inmediatos, sino los verdaderos rostros del peor poder que jamás ha visto la humanidad: el poder de las élites belicistas, financieras y corporativas anglosajonas, capturadas por el fundamentalismo sionista del pueblo escogido, hermana siamesa de las monarquías del Golfo Pérsico. Esta es la oligarquía que utiliza la industria cultural y tecnologías de la comunicación para imponer un control despótico del planeta, los verdaderos dictadores, aunque sean electos “democráticamente”, sin embargo, a través del apoyo del poder absoluto de la abstracción del dinero.

Como la primera de las batallas se produce en el nivel semántico, en la lucha por los sentidos de la lucha misma, además de la comprensión geopolítica, es, supongo, necesario hacerse de forma translocal , como ha sugerido Boaventura de Sousa Santos, teniendo en cuenta lo mejor posible en la contramano de lo peor posible: la emergencia de la sociedad del control soberano, que convive muy bien con ciberespacios, ciberguerras, con tecnologías de comunicación moleculares y cosmológicas, alimentando el reto de imponer los sentidos de sus mortales decisiones soberanas, en la era de la sociedad de control integrado.

Nuestra lucha será inevitablemente derrotada si no nos rebelamos contra la semántica de la dictadura de los medios de información (que no de comunicación) corporativos, especialmente los anglosajones, que juegan hoy con los sentidos, incluso los revolucionarios, con el claro objetivo de capturarnos y hacernos luchar contra nosotros, torturándonos y matándonos en la plaza pública planetaria, mientras los dueños del mundo devienen cada vez más invisibles, divinos, trascendentales, soberanos y, a través de nosotros, deciden sobre el estado de excepción de nosotros mismos.-

 

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21 octobre 2013 1 21 /10 /octobre /2013 16:41
21-10-2013

 

¿Fascismo en EEUU?
El caso del "Tea Party"

Sistema Digital


Existe una percepción generalizada en los mayores medios de información españoles de que el Tea Party en EEUU es un movimiento social de sensibilidad libertaria que surgió en respuesta a lo que se percibía por amplios sectores de la población estadounidense como un aumento del intervencionismo del Estado federal en EEUU bajo la Presidencia de Barack Obama. El corresponsal Antonio Caño de El País en EEUU ha sido un promotor de esta visión, que es también la promovida por dicho movimiento y por los medios conservadores y ultraliberales que simpatizan con él.

La realidad, sin embargo, es bien distinta. Tanto sus orígenes como su práctica actual señalan otro tipo de movimiento, que tiene por objetivo defender los intereses económicos y financieros de grupos empresariales concretos (que incluyen desde empresas tabacaleras a compañías de seguros, banca y empresas petrolíferas). Es un movimiento cuya base social es clase media de renta alta y sectores de las clases pudientes que creen que sus impuestos van a sostener a las minorías pobres del país. Está extraordinariamente bien financiado, con gran riqueza de medios procedentes de grupos financieros y económicos que gozan de grandes recursos políticos y mediáticos. Su poder político deriva de que están controlando el sistema electoral a través de la redefinición de los distritos electorales que son diseñados por las cámaras legislativas de los Estados controladas por el Partido Republicano, favoreciendo la elección de políticos ultraliberales, de nula sensibilidad democrática.

Sus miembros tienen características comunes con el nacional catolicismo español. Se consideran parte de una patria escogida por Dios, un nacionalismo extremo que tiene también la misión de salvar a EEUU de ”ideologías antiamericanas”, liberándolo del gobierno federal controlado ahora por un anti-Cristo. El 62% de los miembros del Tea Party (según Public Policy Polling ) cree que el Presidente Obama quiere instaurar el socialismo en EEUU; el 42% creen que el Presidente Obama es musulmán y quiere imponer la ley musulmana en el sistema judicial americano; el 21% creen que el gobierno federal está matando a gente para estimular el miedo a las armas (sí, ha leído bien la frase) y un largo etcétera de obvias falsedades, trasmitidas por un enorme sistema de adoctrinamiento, semejante a tener 20 Losantos –en prime time - a lo largo del territorio estadounidense: Rush Limbaugh, Glenn Beck, Michael Savage y la Fox News. La cantidad de dinero que estos aparatos tienen a su disposición es enorme. Es el movimiento de la ultraderecha más cercana al fascismo europeo, aún cuando tiene características propias que le distinguen.

Su poder deriva de su control de grandes recursos (financiados por esos grupos empresariales) y de gran número de cámaras legislativas de los Estados que son, como indiqué anteriormente, las que definen los distritos electorales de las elecciones federales. Ello explica que, aun cuando el Partido Demócrata ganó las últimas elecciones al Congreso (más de un millón y medio más de votos que los republicanos), hoy el Congreso esté en manos del Partido Republicano, controlado por el Tea Party.

Su eficacia se debe también a su profundo sentido de militancia y a su activa participación en el proceso electoral. Puesto que la abstención es enorme en las elecciones al Congreso (una de las instituciones más desprestigiadas en EEUU), un grupo muy minoritario, como el Tea Party, puede ganar las elecciones fácilmente. En las elecciones al Congreso solo el 30% del electorado vota (en las elecciones presidenciales, que coinciden con las del Congreso, lo hizo el 52%), con lo cual, un grupo muy movilizado puede acabar (con un 16% del voto) controlando las ramas legislativas del Estado y del Congreso. Su motivación es muy acentuada, pues tienen un fanatismo religioso que sostiene su convencimiento de que están luchando contra el anti Cristo, siendo altamente manipulables por los grupos económicos que los financian. Su fanatismo es complementarlo por una enorme ignorancia, pues creen, por ejemplo, que la parálisis del gobierno federal y su inviabilidad de pagar la deuda mejorarán la economía estadounidense. De ahí que su control del Congreso, vía el Partido Republicano, representa una amenaza para el sistema económico de EEUU, incluso para el sistema económico mundial. La situación referente a la deuda pública es un ejemplo de ello, pues están intentando chantajear al Presidente Obama a fin de acabar con las reformas sanitarias de la Administración demócrata y las pensiones públicas de aquel país. Su discurso es semejante al utilizado por los establishments europeos y españoles que, bajo la excusa de disminuir el déficit público, está eliminando el Estado del Bienestar, imponiendo políticas que están beneficiando al mundo empresarial y a las clases pudientes.

Vicenç Navarro es catedrático de Políticas Públicas en la Universidad Pompeu Fabra, y Profesor de Public Policy en The Johns Hopkins University.
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21 octobre 2013 1 21 /10 /octobre /2013 15:23
American Curios

¿Fin o principio?

David Brooks
 
Una bicicleta pasa a toda velocidad por Broadway con una enorme bandera en la que se lee Arrepiéntete. Regresa a Jesús. Un monje tibetano regala tarjetitas que ofrecen un camino para superar todo lo negativo. Un grupo de buenas intenciones trata de platicar con los peatones sobre los peligros mortales de los combustibles fósiles, otro pide contribuciones para niños en el mundo que no tienen qué comer, otro más para rescatar de la extinción a más animales.

Las noticias –por radio, periódicos, televisión, Internet, Twitter, Facebook– nutren el pesimismo y el temor (pero los anuncios invitan cada vez más a pan y circo). Todo parece indicar, incesantemente, que estamos cerca del fin del mundo.

La disfuncionalidad espectacular de Washington en estas últimas semanas comprobó que no tiene ni idea de cómo resolver los grandes problemas de fondo que padece el país más poderoso. Peor aún es que el acuerdo político no fue para generar empleo, elevar sueldos, invertir más en educación e infraestructura o abordar el cambio climático, sino para evaluar cómo reducir aún más el gasto social para controlar el déficit y la deuda.

Algunos afirman que estos son síntomas del fin del imperio estadunidense. Chris Hedges, periodista premio Pulitzer, corresponsal de guerra para los grandes medios y ahora crítico furioso de una cúpula política y económica dedicada a empeorar la vida de las mayorías, escribió en su artículo en Truthdig que “los últimos días de imperio son carnavales de locura. Estamos en medio del nuestro, cayendo hacia adelante mientras nuestros líderes invitan a la autodestrucción económica y ambiental. Sumeria y Roma cayeron así, como también los imperios otomano y austro-húngaro. Hombres y mujeres de mediocridad asombrosa encabezaban las monarquías de Europa y Rusia en vísperas de la Primera Guerra Mundial. Y Estados Unidos ahora, en su propio declive, ha ofrecido su elenco de débiles, tontos y retrasados para guiarlo a la destrucción… Si tuviéramos alguna idea de lo que en verdad nos está pasando… nos habríamos amotinado”. Advierte que nuestro colapso se llevará a todo el planeta.

Pero tal vez es el fin sólo de ese mundo. Si uno evita el torrente de noticias sobre las últimas tragedias y horrores que, por alguna razón, se ofrecen con enorme gusto, de repente se asoman otras cosas.

Algunas son cotidianas: maestros que educan al próximo Martin Luther King o Albert Einstein, o a los poetas de la próxima generación, a pesar de las reformas que tienen el propósito de aplastar la dignidad, la imaginación, la belleza y casi todo lo noble (eso no cabe en un examen estandarizado ni genera lana para las empresas y financieros detrás de estas reformas).

También hay, todos los días, música subterránea que rompe con su belleza lo gris de lo que nos prometen los expertos sobre el fin del mundo. De pronto aparece un reggae tocado por un grupo que durante el día labora en construcción; unos músicos veracruzanos que rescatan su identidad, y por ello, la de todos, con sus bandas de pueblo después de que laboran 12 horas lavando coches; tambores árabes o africanos en parques, que invitan con sus ritmos antiguos a festejar el ahora, y de ahí, el mañana.

Más allá de eso, hay iniciativas para juntar a personas –el acto más básico de la civilización humana– para contarse cuentos, guardar la memoria colectiva, intercambiar experiencias, defenderse y conspirar en crear otro futuro. Eso ocurre en los campos de Florida con la Coalición de Trabajadores de Immokalee, en los sótanos de iglesias en Sunset Park, Brooklyn, en centros de cultura y educación popular en las montañas de Tenesi (el Highlander Center), como a través del hip-hop radical en las calles de este país, entre otros.

Hay múltiples luchas y acciones en contra del fin del mundo por todo el país, desde las recientes acciones directas de inmigrantes y sus aliados en Arizona y San Francisco para físicamente detener deportaciones como las de los jóvenes indocumentados que desafían a las autoridades de migración gritando indocumentado y sin temor, y, por otro lado, un creciente movimiento, cada vez más amplio y resuelto, contra la construcción de oleoductos y la extracción de petróleo por el método de fracking. También hay iniciativas locales contra la violencia entre jóvenes en las calles de Chicago, o esfuerzos sociales por recuperar vivienda para los que perdieron sus casas en la crisis hipotecaria.

A la vez, hay un fenómeno de largo plazo para construir bases económicas que buscan evadir el modelo económico bajo control de Wall Street. Gar Alperovitz, profesor de economía política en la Universidad de Maryland, comenta que, ante la aceleración de la desigualdad económica que está poniendo en jaque la vida democrática del país, “el creciente dolor económico y social está produciendo condiciones de las que varias nuevas formas de democratización –de propiedad, riqueza e instituciones– empiezan a surgir”.

Hoy día, unos 130 millones de estadunidenses son miembros de cooperativas de consumo, producción y crédito, y más de 10 millones participan de alguna manera en empresas propiedad de los trabajadores. También hay miles de empresas sociales manejadas de manera democrática para ganar dinero y cumplir con un propósito social más amplio de renovación comunitaria, desarrollo sustentable y redistribución de riqueza, reporta un artículo en The Nation.

Alperovitz señala que hay iniciativas que establecen redes de producción y consumo, y también de apoyo mutuo. Por ejemplo, el sindicato siderúrgico USW, el de servicios SEIU y la Corporación Mondragón del País Vasco –modelo integrado de múltiples cooperativas y más de 80 mil personas– anunciaron una campaña para ayudar a generar empresas cooperativas sindicales de propiedad de sus trabajadores en Estados Unidos.

Tal vez otro mundo no sólo es posible, sino que ya se está construyendo.-

 

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20 octobre 2013 7 20 /10 /octobre /2013 21:57

 



 

Este dossier está formado por los siguientes artículos:

1. Francisco Louça: Un Nobel para pretender que, por la noche, todos los economistas son pardos

2. Alejandro Nadal: El comité Nobel esquizofrénico

 

Un Nobel para pretender que, por la noche, todos los economistas son pardos

El Nobel de Economía acaba de ser galardonado a tres profesores estadounidenses: Lars Peter Hansen y Eugene Fama, de Chicago, y Robert Shiller, de Yale. Se premia así a economistas que son muy diferentes.

Uno de ellos (Hansen) ha destacado en el campo de los métodos estadísticos. Otro (Shiller) en el análisis de las alteraciones de las expectativas y la crítica de los métodos de la economía tradicional en el análisis de los mercados financieros. El tercero (Fama) es el máximo exponente de esos mismos métodos tradicionales y del análisis canónico de los mercados financieros.

Fama es el creador de la "teoría de los mercados eficientes" que parte de la asunción de que las condiciones en que los mercados procesan de manera óptima la información disponible, determina los precios más eficientes. Todo funciona bien en este maravilloso mundo del Dr. Pangloss. No sólo esta teoría no puede ser probada, ya que es puramente ideológica y auto-justificativa, sino que no coincide con la experiencia de la vida real. El colapso de los mercados financieros con la crisis de las subprime en el verano de 2007 se convirtió, de hecho, en un obstáculo para la concesión del premio a Fama, que tuvo que esperar hasta ahora un galardón que hace mucho que le estaba destinado para resaltar su trabajo y la forma en que se ha convertido en un gurú del sistema financiero.

El antecedente de dos Premios Nobel en 1997, Merton y Scholes, que después de nominados tuvieron que pasar por la vergüenza de la quiebra de su empresa de fondos especulativos, LTCM, en 1998, muestra hasta que punto es arriesgado entusiasmarse con los ideólogos de los mercados.

Esta incapacidad de la teoría dominante para explicar la crisis financiera fue abordada en uno de los recientes libros de Shiller, otro de los premiados en esta ocasión. "Espíritus animales ", el libro escrito con Akerlof (otro premio Nobel), demuestra claramente los errores de la teoría canónica y su incapacidad para entender las expectativas y estrategias de los diferentes agentes que operan en los mercados financieros y en la vida económica en general. Pero a  Fama no le preocupará ni esa crítica ni la experiencia de la realidad. Después de todo, han recibido el Nobel. Hoy mismo.

Francisco Louça es un reconocido economista portugués, profesor del ISEG y director de su Unidad de Estudios sobre la Complejidad de la Economía. Ha sido dirigente y diputado del Bloco de Esquerdas portugués

Traducción para www.sinpermiso.info: Gustavo Buster

http://www.esquerda.net/opiniao/um-nobel-para-fingir-que-de-noite-todos-os-economistas-são-cinzentos/29831

 

 

 

 

 

El comité Nobel esquizofrénico

 

El Premio Nobel de economía este año es para economistas antagónicos. Es como si le hubieran dado el premio de medicina al creador de un veneno mortal y, al mismo tiempo, al inventor del antídoto. O como dice Yanis Varoufakis, es como si le hubieran dado al mismo tiempo el premio de física a Galileo y al inquisidor que le condenó. Para como se las gastan en el Premio Nobel, esto no debiera sorprender. Este año le ha tocado a Eugene Fama, Lars Peter Hansen y Robert Shiller. Si dejamos de lado el interesante trabajo econométrico de Hansen, se trata de una extraña decisión.

Desde los años setenta Fama llegó a desarrollar la llamada “hipótesis de mercados eficientes”, según la cual los precios de los activos financieros siempre traducen toda la información disponible en los mercados financieros. Tarde o temprano, el mercado termina por incorporar toda la información pertinente en los precios y eso tiene un efecto mágico: algunos agentes sobre reaccionan y otros cometen el error inverso, pero el mercado en su conjunto nunca se equivoca. En el universo en el que se desenvuelve la imaginación febril de Eugene Fama, no hay espacio para las burbujas ni para los agentes especuladores que lucran apostando a conocer el resultado final mejor que el mercado.

La hipótesis de mercados eficientes (HME) ha estado cercana de la hipótesis de expectativas racionales y de los modelos para determinar precios de opciones y otros productos financieros exóticos (Black-Scholes). Todas estas construcciones sirvieron de fundamento ‘teórico’ para el desarrollo de los mercados financieros durante los últimos dos decenios. Su combinación se ha traducido en un desastre para la política económica a escala mundial.

La hipótesis de mercados eficientes tiene dos componentes medulares. El primero es que la información pública se ve reflejada en los precios de los activos casi de manera instantánea. Así, la información que afectaría al alza (o a la baja) el precio de un activo en el futuro se verá incorporada hoy en el precio de dicho activo. Por ejemplo, si las acciones de una compañía farmacéutica se venden hoy a 80 pesos y dicha compañía recibe autorización para comercializar un nuevo medicamento que aumentará las ganancias mañana, el precio de las acciones se incrementará de manera inmediata.

Esto lleva al segundo componente de la HME: algunos participantes en el mercado podrían subestimar el efecto de ese nuevo producto en el mercado, mientras que otros pueden sobreestimarlo. El mercado puede ser influido de manera más o menos decisiva por estas fuerzas, pero según la HME de Eugene Fama estos errores no abrirán la puerta para que los agentes especuladores realicen operaciones de arbitrajes, ajusten riesgos y obtengan ganancias extraordinarias. Este es quizás el aspecto más importante y el más absurdo de la teoría de Fama: en los mercados eficientes no existen oportunidades para realizar arbitrajes.

El chiste que mejor cristaliza lo anterior es el de un profesor que camina con un estudiante en el campus de la universidad y de pronto observa un billete de cien dólares en el piso. El estudiante tiene el reflejo de irlo a recoger, pero el profesor, más experimentado, le aclara el panorama:“no se moleste usted en recogerlo, si fuera un billete de verdad ya no estaría ahí tirado”. La moraleja de la historia: en un mercado eficiente, la competencia siempre se encarga de eliminar las oportunidades de ganancias extraordinarias.

Al igual que su primo cercano, el modelo de Black-Scholes para determinar precios de opciones, la hipótesis de mercados eficientes está basada en la fe y la idolatría en el panteón del libre mercado. Los resultados están a la vista: la gigantesca burbuja en los precios de ciertos activos financieros explotó precisamente en el sistema financiero y ahora tiene de rodillas a la economía mundial. A pesar de todo, en una entrevista con John Cassidy en 2011 Fama declaró “la verdad, ni siquiera sé lo que es una burbuja”, lo que puede traducirse como “las burbujas no existen”).

Para compartir el Nobel con Fama, el comité no pudo escoger a nadie más opuesto que Robert Shiller. Este autor ha hablado de la hipótesis de mercados eficientes como “el error más sorprendente en toda la historia del pensamiento económico”. Y es que el análisis de Shiller es capaz de abarcar la dimensión macroeconómica de la especulación (en contraste, Fama confiesa no saber nada de macroeconomía). Shiller sabe lo que Fama ignora: que una parte significativa de la actividad financiera es ciento por ciento especulativa y conlleva externalidades negativas para toda la economía.

En los años que precedieron la crisis que estalló en 2008 Robert Shiller mantuvo su trabajo sobre la evolución de los precios de diversos activos, en especial los bienes inmuebles. Quizás su trabajo más conocido es el desarrollo de un índice compuesto del precio de casas para 10 ciudades en Estados Unidos que demuestra una fenomenal inflación de precios a partir del año 2001. Es el anuncio de la crisis…que para Eugene Fama nunca debió existir.

Alejandro Nadal es un reconocido economista mexicano, profesor del centro de estudios Económicos del Colegio de México, miembro del consejo editorial de Sin Permiso

www.jornada.unam.mx, 17 de octubre de 2013

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20 octobre 2013 7 20 /10 /octobre /2013 18:09

Domingo, 20 de octubre de 2013

ENTREVISTA A OWEN FISS, CONSTITUCIONALISTA DE YALE
“Obama y Bush se parecen”
El actual presidente ha suavizado algunos métodos empleados por su antecesor frente al terrorismo islamista, como la tortura, pero ha reforzado otros, como el asesinato selectivo, explica el profesor.
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“Obama ha encabezado una política de matar a sospechosos de ser terroristas.”
 

Owen Fiss apenas distingue entre George W. Bush y Barack Obama en relación con Guantánamo. “Obama quería cerrar la prisión y dijo que lo haría, pero a excepción de la tortura, nunca se pronunció sobre las demás prácticas”, dijo en alusión a los derechos elementales que son vulnerados en la cárcel de la base estadounidense en Cuba. Invitado al país por la Universidad de Palermo, el profesor Fiss, especialista de la Universidad de Yale en derecho constitucional y procesal, dialogó con Página/12 sobre la llamada guerra contra el terrorismo y las consecuencias que tiene para Estados Unidos actuar al margen de su Constitución. “Hay prisioneros que acusan al gobierno de no contar con bases legales para su detención”, afirmó. Fiss sostuvo que el actual presidente ha suavizado algunos métodos empleados por su antecesor frente al terrorismo islamista, pero ha reforzado otros. “Obama ha encabezado una política de matar a sospechosos de ser terroristas. Esto ha ocurrido también en la época de Bush, pero los ataques con drones y los asesinatos selectivos han aumentado durante este gobierno”, consideró. La tensión entre el principio de libertad, pilar de la democracia estadounidense, y las condiciones en que son detenidos y encarcelados los prisioneros de Guantánamo terminará afectando a los propios ciudadanos de su país, aseguró Fiss.

–¿Por qué Obama no cerró Guantánamo todavía?

–La respuesta corta es que el Congreso le impidió cerrar Guantánamo. Obama anunció que cerraría la prisión apenas asumió en enero de 2009, pero nunca fue capaz de hacerlo. No está claro cuán duro trabajó para eso. Sin embargo, la pregunta importante es qué significaría este cierre. Guantánamo se convirtió en un símbolo de tortura. La gente llegaba allí por fuera del sistema legal, algo que comenzó en la época de George W. Bush. Los prisioneros de Guantánamo eran interrogados a través de métodos de tortura. Bush estableció comisiones militares y también anunció que mantendría a los reclusos allí sin presentar cargos y sin iniciar procesos judiciales. Entonces, Guantánamo es importante debido a estas prácticas. Obama quería abrir una prisión en Illinois y crear comisiones militares. ¿Cuál es la diferencia de una comisión militar en Illinois o en Guantánamo? Se trata de todo un simbolismo que es difícil de entender.

–¿Por qué la llamada “guerra contra el terrorismo” está planificada por fuera del sistema judicial?

–Los prisioneros de Guantánamo no son juzgados en una corte civil. Guantánamo es parte de una operación militar apoyada por el Departamento de Defensa. Es una prisión controlada por los militares. Los juicios están a cargo de comisiones militares. Es decir, los prisioneros son detenidos y trasladados a Guantánamo, permanecen allí indefinidamente y no se presentan cargos en su contra. Se los priva del derecho al hábeas corpus, propio de la Justicia civil, para comprobar la legalidad de su confinamiento. Algunos de los prisioneros dicen no tener conexión alguna con Al Qaida o los talibán. Se trata de haber estado en Afganistán en cierto momento y ser capturados por sicarios para ser entregados luego a oficiales norteamericanos. Algunos prisioneros, como Sheikh Mohammed, están orgullosos de ser miembros de Al Qaida. Pero hay otros prisioneros que niegan cualquier tipo de complicidad con el terrorismo. Este año, unos 160 prisioneros protagonizaron una huelga de hambre por las condiciones de cautiverio. Pero Obama nunca terminó con esas prácticas.

–¿Cuántas libertades han perdido los estadounidenses desde el 11-S?

–Debemos hacer una distinción. Algunos estadounidenses perdieron su libertad por ser percibidos como terroristas. Algunos fueron capturados en el extranjero, en Afganistán, y otros en Estados Unidos. Son ciudadanos estadounidenses que perdieron su libertad a causa de la guerra contra el terrorismo y que el gobierno considera que son miembros de Al Qaida. Pero la mayoría de los sospechosos de terrorismo son extranjeros que viven en Arabia Saudita, los Balcanes, Afganistán, Pakistán. Pero hay que hacer una diferencia entre las personas que son sospechosas de ser terroristas y las demás personas que no lo son. En mi opinión, la población en general ha perdido algunas de sus libertades en dos puntos principales. Uno es la decisión de la Corte Suprema de defender un estatuto que hace criminal a quien apoya a un grupo designado como terrorista. Entonces, si como ciudadano estadounidense doy dinero al PKK –el Partido de los Trabajadores de Kurdistán– puedo ser procesado por la Justicia. Esta decisión de la Corte Suprema puede perjudicar la participación política. Si digo que el PKK es un partido, corro el riesgo de ser procesado. Una de las libertades afectadas es la de hablar libremente sobre temas políticos. Por otra parte, desde finales de 2001 se institucionalizaron los programas para interceptar llamadas telefónicas entre ciudadanos estadounidenses y cualquier sospechoso de tener una conexión con Al Qaida. Para los periodistas, que pueden tener fuentes que vivan en Arabia Saudita o Egipto, puede haber un riesgo de que sus teléfonos sean intervenidos.

–¿Qué similitudes y qué diferencias hay entre Bush y Obama?

–Hay diferencias entre ambos. Obama ha estado más preocupado por el tema de la tortura. Ha intentado terminar con las prácticas de tortura. Sugirió a la CIA y al Ejército que disminuyan la tortura en el Ejército. En cambio, Bush declaró haber autorizado la aplicación de la técnica del submarino con Sheikh Mohammed, uno de los líderes de Al Qaida y uno de los posibles ideólogos del ataque al World Trade Center (las Torres Gemelas). El resto es muy similar. El uso de comisiones militares, detenciones sin pruebas ni cargos, el espionaje y el tema de la libertad de expresión.

–¿Estados Unidos ganó la guerra contra el terrorismo?

–No lo sé. Creo que la “guerra contra el terrorismo” es un slogan para movilizar a los ciudadanos y al Congreso. Hay una guerra contra Al Qaida que todavía continúa, extendida a los talibán. No creo que la muerte de Osama bin Laden haya terminado con la guerra contra Al Qaida. Sí pienso que la organización es más débil que antes. Pero el terrorismo adquiere nuevas formas, como lo que ocurrió en Kenia hace un par de semanas.

–¿Cuál es el mayor logro de Obama?

–Haber sido electo... No quiero hacer chistes al respecto. Creo que es un hecho trascendente que un país que comenzó con la esclavitud como una de sus instituciones fundacionales haya elegido como presidente a un hombre negro. También creo que sus políticas económicas previnieron que Estados Unidos cayera en una recesión más grande. Cuando él asumió, básicamente reabrió los bancos. Eso fue significativo para la economía. La reforma de salud es un logro increíble, es algo que los estadounidenses necesitaban, que los demócratas siempre han querido. Fuera de eso, no ha sido capaz de lograr demasiado. No sé si es por la oposición o por la falta de liderazgo. No quiero acusar a Obama de ser el único responsable, pero no ha tenido la habilidad para seguir adelante con medidas importantes.-

 

 

 

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20 octobre 2013 7 20 /10 /octobre /2013 17:58
El viejo vientre inmundo
Guillermo Almeyra
 
El viejo vientre inmundo de la extrema derecha puede seguir pariendo monstruos, advertía Bertolt Brecht. Ahí están, para probarlo, los neonazis italianos que homenajean al nazi Priebke, quien asesinó a 335 italianos en las Fosas Ardeatinas en Roma; los neonazis griegos de Aurora Dorada; el crecimiento de la extrema derecha en los países nórdicos y en Francia, detrás del Frente Nacional (FN) de Jean-Marie y Marine Le Pen, e incluso el tea party estadunidense. La xenofobia, el racismo, el antisemitismo, el chauvinismo, la demagogia, el liberalismo extremo, el rechazo a la solidaridad social, a la justicia social, al socialismo, caracterizan a estos movimientos que dicen combatir al gran capital aunque lo sirven y, como Hitler cuando bautizaba socialista a su nacionalismo y adoptaba una bandera roja o Mussolini con su República Social, intentan agitar tradicionales banderas de la izquierda para lograr popularidad y practicar una política reaccionaria.
 

Son movimientos con base en las clases medias bajas, conservadoras, aplastadas y condenadas por la política del gran capital financiero, pero que –estimulados por los grandes medios de comunicación– desvían su odio contra el movimiento obrero, los sectores más pobres de la población, como los inmigrantes, los otros (musulmanes, judíos, gitanos) y los políticos, no contra sus verdugos.

 

Estos movimientos reaparecen y prosperan en los momentos de crisis económica y de necesidad de redefiniciones políticas: los años 20 después de la Primera Guerra, en Italia; poco después en la Alemania en crisis; en Francia, España e Inglaterra, Hungría, Rumania, Polonia en los 30; nuevamente en Italia con el Uomo Qualunque de Guglielmo Giannini en 1944-1946, en la inmediata postguerra y cuando había que definir si el país sería monárquico o republicano, de nuevo en Francia con Pierre Poujade en 1953.

 

Este último, pequeño comerciante (tenía una librería-papelería) formado entre los fascistas franceses de Jacques Doriot y ex militante del régimen racista y fascista de Vichy, colaboracionista con los alemanes hasta que éstos ocuparon toda Francia, llegó a hacer mitines con 200 mil personas y a obtener 11.6 por ciento de los votos y 52 diputados, uno de los cuales fue Jean-Marie Le Pen, ex combatiente en África contra la independencia de las colonias francesas. Poujade soñaba un capitalismo de pequeños y medios comerciantes e industriales, sin extranjeros ni sindicatos ni grandes capitalistas y financistas (para él todos judíos y masones), con un Estado de orden.

 

A diferencia del Frente Nacional de Le Pen, que tiene hoy el apoyo de más obreros que todos los partidos de izquierda juntos, su movimiento semifascista de masa, antecesor del Frente Nacional lepenista, terminó por disolverse apretado por un lado entre la fuerte resistencia de los trabajadores y la intelectualidad izquierdista y, por el otro, el veloz crecimiento del capitalismo francés en esos años, que le quitó la base de masas.

 

Marine Le Pen y su FN acaban de derrotar a la alianza de todos los demás partidos de centroderecha y de centroizquierda, en las cantonales en Brignoles en el departamento de Var, una zona conservadora del sur de Francia. Las abstenciones llegaron a 60 por ciento, demostrando que la mayoría no apoyaba a nadie ni creía en ninguno, entre los que votaron el FN sacó el 53 por ciento de los votos (o sea 20 por ciento del electorado potencial).

 

Parte del centroderecha evolucionó hacia el neofascismo, disfrazado para la ocasión de derecha nacionalista responsable.

 

¿Cómo se fabrica el caldo de cultivo de estos movimientos? Gracias al centro y a la seudoizquierda. En los 20, por ejemplo, los conservadores italianos optaron por el fascismo para enfrentar a los obreros y los sindicatos socialistas reformistas se sometieron al gobierno de Mussolini; ya asentado éste, los comunistas dirigidos por Josef Stalin-Palmiro Togliatti creyeron en los 30 que era posible un frente con los hermanos de camisa negra contra el gran capital y, unos años después, Stalin hizo el pacto Molotov-Ribbentrop que reforzó a Hitler y a Mussolini. Igualmente el partido comunista alemán había hecho acuerdos con los nazis contra la socialdemocracia que gobernaba Berlín, a la que consideraba el enemigo principal y legitimó así a Hitler.

 

Al comienzo los comunistas franceses apoyaron a Poujade creyendo poder manipularlo. Además, en el plano ideológico, el nacionalismo y el chauvinismo de los grandes partidos comunistas italiano y francés (el primero con sus reivindicaciones territoriales contra Yugoslavia en Triestre e Istria, el segundo con su huelga contra el acero alemán en apoyo de la siderurgia francesa y con la expulsión de trabajadores negros en algunas alcaldías parisinas que controlaban), se unió al racismo de los socialistas franceses en la defensa a cualquier costo del colonialismo en Indochina y de la Argelia francesa.

 

No es de extrañar que ex votantes y miembros del partido comunista francés apoyen hoy al Frente Nacional ni que el chauvinismo de éste aumente cuando el ministro del Interior de Hollande, el socialista Valls, declara que los roms o gitanos deben ser expulsados porque tienen características genéticas inasimilables. Si los socialistas hacen la política de la derecha en Grecia, en Francia, en Escandinavia y el gran capital necesita eliminar totalmente la resistencia obrera y, sobre todo, alejar el temor al estallido social como consecuencia de sus políticas de ajuste, ¿cómo no se va a deslizar el centroderecha hacia la extrema derecha, cómo no va a crecer ésta abriendo el camino a gobiernos duros?

 

El antídoto contra la derecha es, antes que nada, una campaña de educación y una política anticapitalista, un gobierno de los trabajadores de todo tipo, pluralista, democrático, internacionalista. Si hay que enterrar la vieja república capitalista, debe ser para dar origen a una república social y solidaria de todos los trabajadores nativos o inmigrados.-

 

 

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20 octobre 2013 7 20 /10 /octobre /2013 17:36

Domingo, 20 de octubre de 2013

Una guerra olvidada
Por Juan Gelman
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Terminó –por así decirlo– hace menos de dos años y pareciera que la de Irak entró en perfecto olvido. Tal vez porque finalizó tres veces: la primera, cuando W. Bush anunció en mayo del 2003, menos de dos meses después de invadirlo y a bordo del portaaviones USS Abraham Lincoln, “misión cumplida”. La segunda bajo Obama, cuando tropas estadounidenses cruzaron la frontera con Kuwait como si se estuvieran retirando, un hecho proclamado como “el fin de la guerra de Irak”. La tercera, cuando el Parlamento iraquí se negó a acordar inmunidad a los invasores, quienes proclamaron oficialmente el cese del conflicto el 11 de diciembre del 2011. Pero la muerte sigue campante su paseo por Irak.

 

Estos otros asesinatos, provocados por enfrentamientos sectarios y sobre todo por atentados terroristas, no despiertan mayor interés en los medios a pesar de su estruendo. Una breve relación indica que el 10 de octubre que pasó hubo 42 ejecutados, 39 muertos y 22 heridos en distintas partes del país; el 11 de octubre, 23 muertos y 36 heridos; el 12 de octubre, 47 asesinados y 50 heridos; el 13 de octubre, 61 muertos y 171 heridos; el 14 de octubre, 13 asesinados y 12 heridos; el 15 de octubre, 24 muertos y 34 heridos; el 16 de octubre, 14 muertos y 20 heridos; el 17 de octubre 76 muertos y 229 heridos. Según estimaciones del Centro Palestino, más de 6000 civiles iraquíes perdieron la vida sólo en lo que va del año (//antiwar.com/blog, 27/9/3).

 

¿Daños colaterales de la democracia y la libertad que EE.UU. y sus socios de la OTAN legaron a Irak?

 

Es notorio que se contradicen las evaluaciones en torno del número de muertos civiles durante los ocho años de guerra propiamente dicha. Es un tema espinoso. Los mandos de las tropas ocupantes decidieron no dar cuenta del número de esas bajas. En no pocas ocasiones las incluyeron en el rubro de “fuerzas insurgentes” o “terroristas”. Salee, una niña de 9 años que difícilmente perteneciera a las unas o a los otros, estaba jugando a la rayuela con sus amigos cuando aviones de EE.UU. dispararon tres misiles causando la muerte de su hermano y de su mejor amigo, la pérdida del pie derecho de su hermana Rusul y la de sus dos piernas desde las rodillas. (www.huffingtonpost.com, 7/12/08). Un caso entre tantos otros.

 

El presidente Obama calificó a EE.UU. de “país excepcional” y uno de los factores de esa calidad es la ignorancia o la no admisión de las matanzas del gobierno por parte de un sector de la opinión pública. En el 2011, una encuesta de la Universidad de Maryland reveló que un 38 por ciento de los estadounidenses estaba perfectamente convencido de que EE.UU. había hallado pruebas irrefutables de que Saddam Hussein mantenía estrechas relaciones con Al Qaida (www.sadat.umd.edu, 8/9/11). Se ignora si muchos de los interrogados creyeron y todavía creen que el número de civiles iraquíes muertos ascendió a unos diez mil, según encuestas realizadas en EE.UU. y Gran Bretaña (www.comres.co.uk, junio 2013).

 

Un estudio publicado por la revista PLOS Medicine indica que esa cifra habría que multiplicarla por 50. Preparado por 12 investigadores de EE.UU., Canadá e Irak, indica que perdieron la vida 460.800 civiles iraquíes entre 2003 y 2011. (www.plosmedicine.org, octubre 2013), un 60 por ciento de muerte violenta y el resto por el colapso de la infraestructura hospitalaria motivado por la guerra y causas anexas (www.bbc.co.uk, 16/10/13).

 

Los autores del informe, pertenecientes a las universidades de Washington, John Hopkins, Simon Fraser y Mustansiriya explican su metodología, tal vez la más rigurosa empleada hasta ahora: visitaron dos mil hogares seleccionados en 18 provincias de Irak entre mayo y julio del 2011 y averiguaron el número de fallecidos en cada familia, así como las consecuencias médicas de las sanciones impuesta a Irak por la ONU desde el 2001. Encontraron que la tasa de quienes perecieron era del 4,55 por cada mil personas, más del 50 por ciento superior a la anterior a la invasión. Señala el informe que el exceso de muertes atribuibles a la guerra fue de 405.000 hasta mediados del 2011.

 

Los investigadores contaron con la asistencia voluntaria de científicos iraquíes y como el estudio se llevó a cabo a mediados del 2011, pudieron recorrer territorio con más seguridad y amplitud que quienes realizaron una labor similar tiempo antes y registraron pérdidas menores. Es el caso de Iraq Body Count, que las cifró en 112.000 (www.iraqbodycount.org, 19/3/12).

 

Habrá que darle la razón a Leonardo da Vinci. Escribió: “El mal es nuestro enemigo. ¿Pero no sería peor que fuera nuestro amigo?”. Se ve que sí.-

 

 

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19 octobre 2013 6 19 /10 /octobre /2013 15:55

Sábado, 19 de octubre de 2013

De Eritrea a Lampedusa
Por Sandra Russo
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Hay lugares, remotos lugares del mundo, en los que el nombre de Lampedusa se pronuncia con un halo de esperanza. A pesar de que esa isla italiana comenzó a ser conocida porque en ella se apiña la “inmigración ilegal” africana, y por los naufragios recurrentes de las barcazas atiborradas, en los lugares de donde ellos vienen Lampedusa es, sin embargo, una gran idea, el triste Dorado de los desahuciados. Sortear esos ciento trece kilómetros que separan a las costas africanas de Europa es la única chance de sobrevivir. Esos lugares tienen nombres extraños y nunca escuchamos hablar de ellos. Mogadicio, Afar, Asmara, Bossaso. Ciudades de los países del cuerno de Africa. Actualmente, son los más pobres y de los más violentos del planeta. Ahí hay guerras, sequía, hambruna, dictaduras, desplazamientos de población forzosos. A los que intentan huir los persiguen los traficantes, los policías, los soldados, los paramilitares, las guerrillas.

 

Lampedusa brilla en un Mediterráneo que ya no es el de Serrat. O en todo caso es su parte oscura. Un mar recorrido por pesqueros italianos que tienen prohibido socorrer a las barcazas africanas que llegan con inmigrantes ilegales, aun si las ven naufragar. Habían muerto ocho pasajeros de un pesquero tunecino en junio, cuando el flamante papa Francisco se dirigió a la isla. Allí dijo que la noticia de los ocho muertos del último pesquero hundido se le había “clavado como una espina en el corazón”. Por lo que siguió diciendo, uno supone que la espina no era solamente aquel naufragio, sino además su circunstancia de impiedad.

 

“¿Quién es el responsable de la sangre de estos hermanos y hermanas? Ninguno. Todos respondemos: yo no he sido, yo no tengo nada que ver, serán otros. Hemos perdido el sentido de la responsabilidad fraterna. Vivimos en la globalización de la indiferencia.”

 

Hace diez días, en el naufragio de una embarcación más grande, aquella espina se volvió estilete: esta vez fueron rescatados más de trescientos cadáveres y se ignora el número de desaparecidos. Hubo unos 150 sobrevivientes.

 

La visita del Papa hace unos meses y la magnitud de la tragedia puso a la UE en su módica acción, al menos con reflejos para organizar una reunión entre algunos de esos sobrevivientes y el primer ministro italiano, Enrico Letta, con José Manuel Barroso, presidente de la Comisión Europea, y con Cecilia Malmstroen, comisaria europea de Asuntos de Interior. Es decir: los que tienen la llave de la puerta de entrada. La mayoría de los sobrevivientes y los muertos provenían de Eritrea y Somalia. Hace poco eran de Etiopía y de Sudán. En esa reunión, el portavoz de los sobrevivientes, el eritreo Binyam –los nombres que cita Acnur, la agencia de la ONU para los refugiados, son falsos, porque todos ellos corren el riesgo de ser deportados y la publicidad de sus identidades constituiría una condena anticipada–, les contó su historia. Y esa historia obliga a mirar más allá de Lampedusa, porque la información siempre parte de ahí, de los naufragios, en un mecanismo periodístico parecido al que nos mantiene siempre informados de los cortes de rutas o calles, pero al mismo tiempo desinformados de sus motivos. La historia de Binyam obliga a ir más allá, a aquellos territorios sacrificables en los que fluye pimpante el comercio de armas porque la guerra es eso, lo que mantiene activa a la industria que, vamos, no es africana.

 

Binyam tiene 25 años y llegó a las costas de Lampedusa procedente de Asmara, la capital eritrea. A los 17 años se vio obligado a alistarse en el ejército de su país, como todos sus hermanos. El servicio militar es obligatorio, no remunerado y dura tres años, pero eso es en teoría. Una vez alistados y en un país de guerra constante, los soldados nunca reciben la baja. Uno de los hermanos mayores de Binyam lleva en el ejército más de veinte años, el tiempo de vida de su país, que hace dos décadas se separó de Etiopía. Después de siete años de vida militar, Binyam, que aspira a estudiar Bellas Artes porque le gustan la pintura y el dibujo, decidió salir de Eritrea.

 

Huyó al norte. Llegó a Sudán y allí fue trasladado al campamento de refugiados de Shagarab. Estuvo allí hasta que encontró un traficante al que pudo pagarle para que lo llevara a Jartún. Su esperanza era reunirse con un hermano que vive en el Reino Unido o con una hermana que vive en Alemania. Solicitó legalmente entrar a la UE, pero fue rechazado. No podía volver a Eritrea, donde sería ejecutado por desertor. Trabajó en Sudán hasta que logró reunir los 1600 dólares para pagarse el viaje a Libia y desde allí volvió a pagar para cruzar el Mediterráneo hasta Italia. Algunos en Europa están lamentándose por haber derrocado a Khadafi: desde entonces las costas libias son el punto de partida de los inmigrantes, que no son inmigrantes: son refugiados.

 

Los que llegan a esas costas y suben a esas barcazas ya han probado otros modos de salir y no han podido, ya han meditado lo suficiente y están decididos a todo, hasta a morir en el naufragio. Dejan atrás otro tipo de muerte.

 

Binyam les dijo a los funcionarios europeos que se siente culpable de haber sobrevivido, porque el amigo con el que se embarcó murió en el mar. Se habían conocido en el norte de Africa, en los campamentos, y se habían dado fuerza mutuamente.

 

Binyam, al igual que sus compatriotas, no quiere entrar a Europa para aguarle la fiesta a nadie, aunque sabe que su máxima aspiración, ser aceptado, incluye un futuro de pobreza y exclusión. Pero a Binyam y a los eritreos que escapan de Africa la miseria europea les sabe a mieles.

 

Vienen de un lugar de esos de los que sólo sabemos algo cada tanto porque algún fotoperiodista gana el World Press con una imagen que quita el aliento. Pero el aliento se recupera al rato y la vida sigue. Igual que en Eritrea. En 2012, en Ruanda, la selección de fútbol de Eritrea pidió permiso para salir de compras un rato antes del horario del vuelo de regreso. No volvieron nunca. El equipo entero más los técnicos pidieron asilo político.

 

Gobierna Eritrea Isaias Afewerki, con mano dura. Mantiene cerrado el país. No se puede entrar ni salir. Amnistía Internacional denuncia que en ese país los sospechosos de disidencia son arrestados y que nadie informa a sus familias de esas detenciones. Según Reporteros sin Fronteras, Eritrea es el país del mundo con menos libertad de expresión. No tiene ni salud ni educación pública. De acuerdo con Unicef, 300.000 niños, ahora, están en riesgo de morir por las miles de minas antipersonales sembradas junto a los caminos por un ejército compuesto en su mayoría por púberes y niños, ya que los mayores han muerto. A los que quieren escapar y son detenidos, los acusan de intentar aliarse a alguna facción armada antigubernamental, de modo que son tratados como terroristas. Hoy hay más de 40.000 refugiados eritreos en Israel, 87.000 en Etiopía y 125.000 en Sudán. Este año a Lampedusa han llegado cerca de 30.000.

 

Así es el diseño del mundo, con su reparto de roles centrales, periféricos, emergentes o de basurero.

 

Lampedusa, la puerta europea para los desesperados africanos, brilla en el Mediterráneo con una corona de ahogados. En las aguas esmeraldas y profundas yacen los que no pudieron llegar a cumplir el sueño de vivir en paz. Nuestra impertérrita indiferencia es parte de ese diseño.-

 

 

 

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Miguel Bakunin

 

 

Carl Sagan

Así, a medida que la ciencia avanza, Dios parece tener cada vez menos que hacer. Es un gran universo, desde luego, por lo que Él, Ella o Ello, podría estar ocupado provechosamente en muchos sitios. Pero lo que evidentemente ha ocurrido es que ante nuestros propios ojos ha ido apareciendo un Dios de los vacíos; es decir, lo que no somos capaces de explicar, se lo atribuimos a Dios. Después, pasado un tiempo, lo explicamos, y entonces deja de pertenecer al reino de Dios. Los teólogos lo dejan de lado y pasa a la lista de competencias de la ciencia.

 

Carl Sagan: “La diversidad de la ciencia” [2007]



 

Stepehen Hawking

"La estirpe humana no es más que un sustrato químico en un planeta pequeño, orbitando alrededor de una estrella mediana, en los suburbios de una galaxia del centenar de miles de millones que existen"

 

Carlos Marx

“Durante el curso de su desarrollo, las fuerzas productivas de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes, o, lo cual no es más que su expresión jurídica, con las relaciones de propiedad en cuyo interior se habían movido hasta entonces. De formas de desarrollo de las fuerzas productivas que eran, estas relaciones se convierten en trabas de esas fuerzas. Entonces se abre una era de revolución social” (1859)

 

 

Albert Einstein

Si una idea no parece absurda

de entrada,

pocas esperanzas

hay para ella.-

 

Groucho Marx

"El secreto de

la vida es

la honestidad y

el juego

limpio, si puedes

simular eso,

lo has conseguido."  

  

MARX, Groucho (1890-1977) 
Actor estadounidense